Víctimas olvidadas del Holocausto: Noche y Niebla de Alessio Puleo
El 7 de diciembre de 1941, Hitler firmaba el Decreto Nacht und Nebel (Noche y Niebla). Esta denominación tan abstracta, eufemismo de “a escondidas”, recogía una serie de directrices, opacas para el frente aliado y contrarias a la Convención de Ginebra (1929), con las que las diferentes fuerzas del Reich (en Alemania y en los Territorios Ocupados) hicieron desaparecer a:
- La disidencia política
- Combatientes de la Resistencia
- Prisioneros de guerra
Casi 80 años después, Alessio Puleo, novelista procedente de Italia, ha escrito el libro Noche y Niebla, que se centra en las víctimas más olvidadas de la persecución nazi: las homosexuales.
La trama se sustenta en una historia de amor entre 2 hombres gais
Debido a la particularidad del argumento, las páginas de Noche y Niebla discurren por 3 guerras diferentes: la II Guerra Mundial, la interior de cada personaje y la que se genera en el seno de la relación amorosa.
Por la similitud entre el tema de la novela y Just a Touch de Perfume Genius, os recomendamos leer el resto del artículo mientras escucháis esta canción incluida en Set My Heart On Fire Immediately, su disco de este año.
¿Quién es Alessio Puleo?
Primeros años y su vocación actoral
Natural de Carini (Palermo, Italia), Alessio Puleo (1981) empezó su trayectoria profesional en 1998, tras graduarse en agrimensura.
Después de cumplir con el servicio militar (2001) en el Arma dei Carabinieri, en 2002, su vocación artística comienza a manifestarse con la fundación de la compañía teatral y sin ánimo de lucro Actores por casualidad.
De esta manera, la asociación representa comedias en distintos puntos de Sicilia. Esta experiencia resulta tan exitosa que le proporciona la confianza para presentarse a unas pruebas de selección, orientadas a intérpretes jóvenes, con el objetivo de acceder a la formación actoral del famoso Teatro Líbero (Palermo).
Por sorpresa para Puleo, el Líbero le concede una plaza y, así, su carrera actoral le lleva a, por ejemplo, interpretar 2 papeles en la obra Sueño de una noche de verano (Shakespeare, 1597): el de Botton y el de Elena.
Adiós, Carabiniere y hola, teatro y escritura como profesión
En 2007, la editorial editorial Ottavio Navarra publica su primer libro, La madre de los carabineros (en España, también se puede encontrar bajo el nombre El día que te dije adiós) donde Puleo trata la violencia contra las mujeres, mientras narra la historia de Mimma Lupo, a quien conoció en su época de servicio militar.
Desde 2007 a la actualidad, las obras de Alessio Puleo han sido las siguientes:
- Escucharás mi corazón (2013), donde aborda el tema de la donación de órganos
- Los infinitos latidos del corazón (2017), segunda parte del anterior, trata el tráfico de órganos y la historia de un amor homosexual
- Noche y Niebla (2020), otra historia de amor homosexual, pero ambientada en pleno nazismo
Noche y Niebla de Alessio Puleo: contexto histórico en el que se desarrolla
Eliminar cualquier rastro sobre el paradero o destino de los “sujetos peligrosos para el Reich”, este era el objetivo del Nacht und Nebel (Noche y Niebla).
Para conseguirlo, el decreto establecía que, en ningún caso, las fuerzas nazis podrían revelar la más mínima información, ni a las familias ni a los países enemigos, acerca de las personas que habían detenido. Tan solo, el acto de la privación de libertad.
De hecho, Noche y Niebla no contemplaba dar cuenta al entorno del preso si moría-le mataban. Además, el edicto no diferenciaba entre civiles o militares y a todes se les privaba de cualquier contacto con el exterior, tras incluirles en la categoría Noche y Niebla.
Ello suponía que se les enviara a prisiones o campos de concentración donde las condiciones de vida eran miserables. Se creó, así, una operativa especial, experta en las desapariciones forzosas.
Como decíamos al principio, en nombre del Reich, sin miramientos y violando los derechos establecidos por la Convención de Ginebra, los nazis asesinaron a multitud de presos de guerra.
Deportaciones ilegales
Para el grupo de presos de guerra, el proceso pasaba por deportaciones secretas a los campos de Struthof-Natzweiler (Francia) o a los de Gross-Rosen (Alemania). Sus ropajes de presos, por cierto, contaban con las siglas NN bordadas.
Asimismo, en ningún momento, las autoridades alemanas registraban estas detenciones y deportaciones, lo que provocó que no se sepa el número exacto de militares que los nazis borraron de la faz de la tierra.
Eso sí, los procesos judiciales posteriores a la Segunda Guerra Mundial arrojaron cierta luz sobre el alcance del Noche y Niebla, que afectó, sobre todo, a militares de la URSS y a integrantes de la Resistencia francesa, belga y holandesa.
Además, poco más de un mes después de la entrada en vigor del decreto Noche y Niebla, en la conferencia de Wannsee, la Alemania nazi daba un paso más hacia el recrudecimiento de sus crímenes de guerra al aprobar su secuela: la Endlösung o Solución final.
Tras la Segunda Guerra Mundial, Noche y Niebla y sus firmantes ante la justicia
Proceso de Núremberg (noviembre de 1945 a octubre de 1946)
En los juicios que tuvieron lugar en la ciudad alemana de Núremberg, Nacht und Nebel fue declarado como crimen de guerra. Respecto a las personas juzgadas, entre jueces, doctores, fiscales y una parte importante de la plana mayor del funcionariado nazi, se encontraban:
- Wilhelm Keitel (firmante de Noche y Niebla y mariscal de la Wehrmacht)
- Ernst Lautz (fiscal general del Reich)
- Carl Albrecht Oberg, el “carnicero de París” (SS- und Polizeiführer, cargo con poder sobre la SS, Gestapo y la policía uniformada)
- Karl Dönitz (marín que Adolf Hitler designó como su sucesor y que ostentó el cargo del 30 de abril al 8 de mayo de 1945)
- Julius Streicher (militar y titular del tabloide antisemita y nazi Der Stürmer)
- Baldur von Schirach (líder de las Juventudes Hitlerianas)
Solo 3 ejecutores de Noche y Niebla manifestaron arrepentimiento
- Baldur von Schirach, cumplió 20 años de cárcel
- Hans Frank (máximo dirigente de la Polonia nazi durante toda la guerra), recibió la condena de muerte
- Albert Speer (responsable del diseño de distintos edificios de arquitectura fascista y máximo cargo del Departamento Central de Reasentamiento [así, arrebató a un sinfín de familias judías la propiedad de sus viviendas en Berlín]. Al frente del Ministerio de Armamento y Producción de Guerra del Reich desempeñó un papel fundamental en la implantación de la esclavitud y los trabajos forzados), pasó 20 años en prisión
Juicio a Wilhelm Keitel
En el transcurso del mismo, Keitel desveló que el edicto Noche y Niebla, así como sus prácticas asociadas, tenían como objetivo doblegar a las sociedades de los países ocupados.
De hecho, según sus palabras, el plan de Hitler era crear un ilimitado ambiente de intimidación e incertidumbre, capaz de destruir la capacidad de resistencia en las personas.
La homosexualidad en Alemania
Con la llegada de Hitler al poder (1933), todas las asociaciones homosexuales fueron prohibidas y multitud de libros sobre la homosexualidad y la sexualidad fueron directos a la hoguera.
En consecuencia, a partir de 1933, la Gestapo clausuró todos los locales gais-lésbicos-trans, cerró e ilegalizó revistas de estas temáticas (por ejemplo, la Die Freundin) y elaboró listas de homosexuales para purgar al colectivo.
Ante esta situación, hubo quienes optaron por emigrar y, también, quienes establecieron relaciones heterosexuales como tapadera.
Aunque no se ha podido averiguar la cifra exacta de gais (seguro que había bisexuales, pero el nazismo, como el franquismo, metía toda la diversidad en el mismo saco), debido a la carencia de documentación, las investigaciones llevadas a cabo calculan que el Tercer Reich arrestó y acusó de homosexualidad a ≈ 100.000 hombres.
En torno a la mitad, cumplieron condena en cárceles comunes y, entre 5.000 y 15.000, lo hicieron en campos de concentración. Allí, su tasa de mortalidad se situó en un 60%, puesto que, a las extremas condiciones, se unían:
- Sádicos experimentos médicos
- Un trato deshumanizado por parte de las fuerzas nazis (violaciones incluidas)
- Insultos, palizas (muchas mortales) y vejaciones del resto de presos
Lesbianismo y la Alemania nazi
Desde 1890, las lesbianas participaron en el Primer Movimiento Homosexual
Entonces, la discriminación hacia las lesbianas era doble, debido a que eran mujeres y se las consideraba desnaturalizadas. Además, como el resto de mujeres, tuvieron prohibido formar parte de organizaciones políticas hasta 1908.
A partir de ese año y, sobre todo, a causa de la relajación moral que provocó la Primera Guerra Mundial (1914-1918), se inició un tímido, pero firme camino de visibilidad lésbica en la noche berlinesa, sobre todo, en cabarets y clubs, como el Café Dorian Gray.
Psicosis y miedo por lo que les había ocurrido a les gais
El clima de libertad vivido en Prusia no solo alcanzaba a hombres homosexuales, sino a lesbianas, bisexuales y trans. Por eso, a partir de 1933, el miedo se instaló en el colectivo LGTB alemán.
De hecho, por temor a que se las enviara a campos de concentración (Alemania tuvo desde marzo de 1933) o a que las hicieran “desaparecer” (como a homosexuales varones), multitud de lesbianas optaron por matrimonios y, en consecuencia, vidas “tradicionales”. A veces, se casaron con colegas gais.
Otras abandonaron sus ciudades de residencia e iniciaron nuevas vidas, alejadas de una visibilidad lésbica que no volverían a disfrutar en muchos años o, incluso, nunca más.
Además, si en 14 años el párrafo 175 no se había aplicado en Prusia, con la llegada del nazismo, no solo criminalizaba el sexo anal y oral entre hombres, sino que también perseguía el comportamiento lascivo.
Esta nueva redacción del párrafo no aclaraba qué era lascivo y qué no y, como consecuencia, abrió la puerta a interpretaciones libres, que perjudicaron a miles de personas.
Asimismo, aunque el lesbianismo no figuraba en el párrafo 175 original ni en el de 1935, obviamente, las mujeres lesbianas de entonces pensaban que, en cualquier momento, correrían la misma suerte que les gais y vivirían una realidad dominada por un ambiente de caza.
Ser asocial, el as del nazismo para perseguir a lesbianas
El nazismo veía a les gais como una plaga y un obstáculo para la creación de una raza superior. Por ello, a quienes no se amoldaron a la heteronormatividad, se les practicaron castraciones y/o se les llevó a campos de concentración, en cumplimiento del plan “Exterminio a través del trabajo”.
Aunque en menor medida, sí existían sectores que le daban al lesbianismo la misma valoración y detuvieron a mujeres bajo los cargos de lesbianismo licencioso. Henny Schermann, también judía, fue una de ellas. Arrestada en 1940, fue enviada al campo de Ravensbrück y gaseada en el centro psiquiátrico Bernburg en 1942.
No obstante, a nivel general, la Alemania nazi nunca practicó una persecución exclusiva hacia las lesbianas. Eso sí, ello no impidió que muchas acabaran en campos de concentración. ¿Cómo ocurrió esto?, ¿fue fruto de la casualidad, es decir, eran mujeres judías o formaban parte de la resistencia y, casualmente, también lesbianas?
Seguro que se darían casos así, pero las lesbianas tenían una categoría propia en los campos, la de asociales, representada por triángulos negros invertidos.
¿A qué llamaba asocial el nazismo?
A personas con diversidad funcional, a aquellas que vivían en la calle, a las de etnia gitana, a quienes padecían enfermedades mentales, a prostitutas, lesbianas… y, en general, a cualquiera que llevase una vida considerada “ajena a la comunidad”, inapropiada o que resultara perjudicial para la retórica eugenésica, es decir, para la raza aria.
De esta forma, como sucedió con el término lascivo en el párrafo 175, la ambigüedad de la categoría de asocial funcionó como coladero.
La excepción austríaca
Cuando la Alemania nazi se anexionó Austria (acontecimiento denominado Anschluss) el 12 de marzo de 1938, su código penal sí incluyó la persecución del lesbianismo.
En consecuencia, padecieron la creación de listas, las detenciones, un absoluto exilio social con la destrucción de todas sus redes socio-afectivas y la prohibición expresa de desempeñar cualquier tipo de cargo público.
El nazismo, nefasto para las cirugías de reasignación de género
Avances del primer activismo LGTB
Transcurridos 2 años de los disturbios de Stonewall Inn (1969), Austria, Costa Rica y Finlandia fueron los 3 primeros países en despenalizar la homosexualidad. Lo que se conoce menos es que, en una fecha tan temprana como 1929, ya estaba sobre la mesa del poder legislativo alemán dejar de considerar un delito la práctica homosexual.
No llegó a materializarse la legalización, pero que se llegara tan lejos se debió a la fuerza del Primer Movimiento Homosexual y, en concreto, a la de la primera organización homosexual de la historia: el Wissenschaftlich-humanitäres Komitee o Comité Científico Humanitario (1897-1933).
De hecho, la asociación no solo buscaba la despenalización de la homosexualidad masculina (la única que estaba penada), sino que perseguía el reconocimiento social para las mujeres trans y las lesbianas.
Fundado por Magnus Hirschfeld (1868-1935), Max Spohr (1850-1905), Eduard Oberg (1858-1917) y Franz Joseph von Bülow (1861-1915), el Wissenschaftlich-humanitäres Komitee trabajó estrechamente con el Institut für Sexualwissenschaft (Instituto para la Ciencia Sexual, 1919-1933), creado por Hirschfeld.
Alemania, referente mundial en emancipación sexual
El Instituto para la Ciencia Sexual de Hirschfeld se convirtió en el líder universal, puesto que enfocaba, desde el punto de vista científico, la diversidad sexual. Como consecuencia directa, funcionó como punto de encuentro, residencia y catalizador para las vidas lésbicas, gais y trans de Berlín.
Pero, incluso antes de la fundación del instituto, Prusia ya podía considerarse un estado, más o menos, transfriendly, gracias a que, en 1907, los tribunales de Arolsen (365 kilómetros al suroeste de Berlín) proporcionaron validez legal a la identidad masculina (previa y rudimentaria operación de reasignación en 1906) de Karl M. Baer.
De hecho, su identidad masculina le permitió contraer matrimonio, derecho que, por ejemplo, España aún no reconocía ¡hace poco más de 20 años!
Intermediarios sexuales, antecedente de los conceptos LGTBIQ o queer
Magnus Hirschfeld enfocó el ejercicio de la profesión médica en lo que calificó como “intermediarios sexuales”, es decir, todas aquellas personas que quedaban excluidas de lo que hoy llamamos cisheteropatriarcado. Además, dentro de esta categoría, estableció 3 tipos:
- Personas cis homosexuales y bisexuales
- Travestis (término de su creación), personas cis que gustan de vestirse con prendas asociadas al género opuesto
- Trans, personas que no se identificaban con el género asignado en el nacimiento/quienes deseaban someterse a una operación de reasignación de género
Edad de Oro de las cirugías de reasignación
Durante los años 20 y principios de los 30, el trabajo de Hirschfeld y diferentes colegas centró sus esfuerzos en mejorar y perfeccionar las cirugías de reasignación de género. Para ello, empleaban como guía esta pregunta: ¿que ocurriría si pudieran encajar el cuerpo de alguien con su mente, en lugar de seguir el camino contrario?
En estos 10 años largos, emplearon hormonas orgánicas y tecnología analógica, que atrajeron a distintas personas trans de diversos puntos del planeta. Por ejemplo, fueron pacientes de Hirschfeld y su equipo Dora Richter (1891-1933), a quien se considera la primera mujer trans en someterse a una cirugía completa de reasignación.
Otra de las primeras mujeres trans en acceder a este tipo de cirugías fue Lili Elbe (1882-1931), operada, en este caso, por Erwin Gohrbandt, bajo la atenta mirada de Hirschfeld.
Destrucción de los estudios y del instituto
En marzo de 1933, Kurt Hiller (1885-1972), activista gay, periodista y mayor responsable de la administración del Instituto para la Ciencia Sexual fue enviade a un campo de concentración.
Unas semanas después, en concreto el 6 de mayo, las camisas pardas del partido nazi entraron en el instituto y prendieron fuego a todos los libros, diarios, anotaciones, fotografías e investigaciones que albergaba. En total, 20.000 libros fueron pasto de las llamas.
Así, el nazismo hizo retroceder décadas todo lo que se había avanzado en cirugías de reasignación de género y diferentes cuestiones científicas relativas a las realidades trans.
Lo único positivo de aquello fue que, sin pretenderlo, la Alemania nazi provocó la desaparición de un sinfín de documentos de identidad que, en sus manos, habrían dado lugar a la detención y asesinato de multitud de personas trans.
En el momento del ataque, Magnus Hirschfeld se encontraba de gira y pudo salvarse, pero jamás regresó a Alemania.
Suma de opresiones
Kurt Hiller, Magnus Hirschfeld, Karl M. Baer, Erika Mann, George L. Mosse y multitud de personalidades del activismo LGTB alemán también eran judías. Por tanto, fueron consideradas responsables dobles de debilitar la causa aria.
Según Hirschfeld, además del histórico antisemitismo presente en todas las sociedades europeas y el racismo institucional estadounidense, en Alemania, el rechazo y odio al pueblo judío del que hacía gala el partido nazi (ideología völkisch/nacionalismo étnico) hundía sus raíces en la Ilustración (siglo XVIII) y, por supuesto, en la división de razas biológicamente distintas ideada por Johann Friedrich Blumenbach en 1795.
Esto último provocó la validación de los prejuicios históricos como verdad amparada por la ciencia. Así, se extendió, aún más, la vinculación de raza blanca con civilización y el resto, con barbarie. Como consecuencia, dio alas a todos los pensamientos acerca de la supremacía blanca.
En cuanto al odio a lo LGTB en el nazismo, este residía en la ignorancia y una moral judeocristiana. Para Hitler, las personas homosexuales eran sinónimo de vicio y las trans de “vida degenerada”.
Homosexuales & Noche y Niebla
Tal y como subraya Alessio Puleo, las personas homosexuales “son víctimas olvidadas del régimen nazi”. En la actualidad, se desconoce la cifra exacta de las condenadas a campos de concentración.
Esta falta de información se debe a la destrucción de archivos (cuando Alemania ya sabía que perdería la guerra, eliminó documentos y pruebas de todas sus crueldades) y, también, al propio edicto Noche y Niebla, que no dejó rastro documental ni el paradero de enterramiento de sus víctimas.
La posguerra, muy diferente para las personas homosexuales
Además de Noche y Niebla y todas las pruebas perdidas a finales de la Segunda Guerra Mundial, un número importante e indeterminado de archivos se perdieron tras la contienda, puesto que el párrafo 175 (tal y como lo dejaron los nazis) siguió vigente en Alemania hasta 1957 (Alemania Oriental) y 1969 (la Occidental). De hecho, no fue hasta 1994 cuando todo el párrafo se suprimió.
Como consecuencia, ni Alemania ni Austria ni los países aliados reconocieron a las personas homosexuales como víctimas del nazismo, lo que las dejó fuera de las indemnizaciones y compensaciones para la jubilación.
Asimismo, puesto que la persecución legal continuaba vigente, diferentes gais tuvieron que seguir o volver a la cárcel y cumplir sus condenas al completo. Al salir, tuvieron antecedentes toda su vida.
Casi 60 años después, Alemania se pronunció sobre la persecución a homosexuales
Ante el panorama descrito en el apartado anterior, fueron muy pocas las víctimas del colectivo que se visibilizaron como tales.
¿Qué encontraron después? Discriminación, criminalización y estigmatización de la misma sociedad (asociaciones de víctimas incluidas), los mismos cuerpos de seguridad, el mismo poder judicial y las mismas instituciones que miraron hacia otro lado durante el Tercer Reich.
Pasados 40 años, por fin, las personas homosexuales fueron reconocidas como víctimas del nazismo. No obstante, tuvo que llegar el año 2002 para que Alemania se disculpara con el colectivo LGTB y anulara todas las condenas nazis previas a 1945. Las otras, por cierto, jamás lo fueron.
Más allá del Decreto Noche y Niebla, lo que Alessio Puleo pretende con esta novela
- Darle a la persecución de la homosexualidad, durante el nazismo, la importancia que se le niega en los libros de historia, películas, aulas o congresos
- Rendir homenaje a las víctimas que, por miedo y/o vergüenza, nunca denunciaron ni hablaron de las torturas padecidas en prisiones y campos, así como a aquellas que, ante una sociedad empeñada en cambiar su naturaleza, se casaron y vivieron siempre en el armario
- Inspirar a las diferentes personas LGTBI que viven dentro del armario, a causa de un sistema que nos enseña a sentir vergüenza de todo lo que se sale de la cisheteronormatividad
- Ser percibide como aliade del colectivo LGTBI
- Contribuir en el fomento del respeto a la inmensa diversidad que compone la humanidad
- Animar a otras personas a luchar contra las discriminaciones
- Sumar su granito de arena contra los roles de género y la opresión que, en el caso de la novela, se ejercen sobre los hombres
- Proporcionar a todas las víctimas del nazismo el mismo estatus, en sustitución de lo extendida que está la idea de víctimas de segunda o tercera categoría