La Segovia Art Decó y Art Nouveau
Con 51.674 habitantes (2019), Segovia es una de las capitales de provincia menos pobladas de España. De hecho, por debajo de ella, solo se encuentran Soria y Teruel, que no llegan ni a 40.000. Durante la época de apogeo para el Zigzag y Streamline Moderne, la ciudad experimentó un crecimiento demográfico del 36%, que sumado a la llegada del Movimiento Moderno (vía Silvestre Manuel Pagola Bireben) dio lugar a la Segovia Art Decó.
Unos años antes, desembarcaba el Art Nouveau, cuyos últimos coletazos convivirían con el nacimiento de la Segovia Art Decó. Tal vez, este sea el motivo por el que la localidad presenta más edificios modernistas.
De lo que no hay duda es de que, a diferencia de Huesca, la provincia segoviana no presenta Art Decó. Por tanto, para proporcionaros un contenido más global sobre la arquitectura internacional y pre-influencia franquista de Segovia, por primera vez, unimos Art Decó y Art Nouveau en un mismo artículo.
Las 10 obras que conforman la Segovia Art Decó
Monumento a José Rodao
La Segovia Art Decó quedó inaugurada tan pronto como el 26 de junio de 1927 con este monolito Zigzag Moderne sobre el que se asienta un busto de José Rodao Hernández.
Obra de Aniceto Marinas y Toribio García, por aquel entonces, se encontraba en la plaza de los Huertos. No obstante, una serie de trabajos de remodelación de aquel espacio provocaron que, en 1960, el Monumento de José Rodao fuera trasladado a su emplazamiento actual: el paseo Salón de Isabel II, justo enfrente del casino.
¿Quién era José Rodao Hernández?
Natural de Cantalejo (Segovia), Rodao Hernández fue docente, periodista y poeta. Vivió la mayor parte de su vida en la provincia de Segovia, salvo unos pocos años en los que residió en Madrid.
Allí estrenó, en el Teatro Lara, una de sus obras más célebres: Los tímidos (1891). Justo ese año, decidió volver a su tierra natal y se establece, de forma definitiva, en la ciudad de Segovia, donde se unirá a la Sociedad Económica Segoviana de Amigos del País.
Según Manuel Ossorio y Bernard (1839-1904), la creación literaria de Rodao puede definirse como festiva, calificativo que también le otorga la Real Academia de la Historia, institución que establece vínculos entre su obra y la de José María Gabriel y Galán (1870-1905), José Zorrilla (1817-1893) y Ramón de Campoamor (1817-1901).
Plaza del Corpus, 3 (1935)
En el otro lado del paseo Salón de Isabel II, justo frente al Monumento a José Rodao, se levanta este inmueble diseñado por, nada más y nada menos, que Casto Fernández-Shaw Iturralde (responsable, entre otros, del orgulloso Menéndez Pelayo 15 de Madrid, la Presa El Salto o el malagueño Colegio de La Asunción).
Conjuga unos tenues Zigzag Moderne (fachada a la plaza del Corpus) y Streamline Moderne (torreones aerodinámicos al Salón de Isabel II), que integra en un edificio que, ante todo, presenta unas depuradas líneas racionalistas que, al mismo tiempo, no suponen una abrupta ruptura con la arquitectura de su alrededor.
Juan Bravo, 29
A menos de 300 metros a la derecha del anterior inmueble y bastante deteriorada por el paso del tiempo, se encuentra la obra Streamline Moderne más destacada de la Segovia Art Decó.
Diseñada por Jesús Carrasco-Muñoz y Encina (perteneciente al GATEPAC), no parece que la fecha de construcción del Catastro, 1950, sea la original, puesto que, tras la Guerra Civil, el GATEPAC cayó en desgracia por su apoyo al gobierno legítimo de la II República.
Por tanto, como sucede en Vallecas, todo parece indicar que, en 1950, lo que tuvo lugar fue una rehabilitación-reconstrucción.
También, puede darse el caso de que se trate del año en el que concluyeron las obras, como ya le había sucedido al misme Carrasco-Muñoz y Encina con las notables Viviendas de la Obra Sindical del Hogar (Zamora).
Colón, 1 (1935)
Muy cerca de la plaza Mayor, nos encontramos con una de las contribuciones de Silvestre Manuel Pagola Bireben a la Segovia Art Decó.
Se trata de un soberbio edificio de viviendas en el que Pagola Bireben integró volúmenes escalonados (propios del Zigzag Moderne) con Racionalismo puro (los balcones rectos a las calles Colón y Serafín) y los ojos de buey característicos del Streamline Moderne naval.
Serafín, 5 (1940)
También de Pagola Bireben es este inmueble en el que el Art Decó solo se manifiesta en la planta baja.
En concreto, en los ladrillos dispuestos en estrías y en los volúmenes piramidales que adornan las jambas del acceso principal.
Calle del Socorro, 2
Multitud de ondas en rejerías y los marcos concéntricos y escalonados (sobre puertas y ventanas de la planta baja) convierten en Art Decó este edificio de Segovia.
Cervantes, 26
Prácticamente pegado al Acueducto de Segovia y poco antes del nacimiento de la calle de Santa Engracia, un mirador aerodinámico sobresale en la sencilla fachada de Cervantes 26.
Aunque no ha llegado hasta nuestros días la identidad de su arquitecte, el Catastro estima que su construcción tuvo lugar en la década de los años 20.
José Zorrilla, 34 (pendiente de derribo)
Transcurrido casi 1 kilómetro al sur de Cervantes 26, ya fuera de la parte antigua y turística de Segovia, se ubica este inmueble de 1964, cuyo mirador aerodinámico a Antonio Machado parece Art Decó por casualidad, dado el aspecto tradicional de la fachada principal.
Eso sí, en esta última, también se encuentra una ventana redonda, es decir, ojo de buey, que puede indicar cierta intención Streamline Moderne.
Víctor Sanz Gómez, 4 y avenida Obispo Quesada, 30 1940
Por último, la Segovia Art Decó llega a su fin con este conjunto de 2 edificios. De autoría desconocida, se terminaron en 1940 y se enmarcan en la vertiente Streamline Moderne del Art Decó.
La Segovia Art Decó desaparecida
Villa Estrella
En concreto, la forja de acceso a la parcela (Villa Estrella se enmarcaba en la arquitectura regionalista). Tanto esta como la villa databan de 1925 y fueron diseñadas por Silvestre Manuel Pagola.
También conocida como chalé de los Rueda, Villa Estrella empezó a estar amenazada en 2015. Entonces, su derribo formaba parte de un plan para levantar, en su lugar, 66 viviendas.
Años después, el Ayuntamiento (PSOE) autorizó la demolición el 16 de marzo de 2023. Pese a que un particular logró que la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León admitiera a trámite declarar el conjunto Bien de Interés Cultural, el Ayuntamiento cumplió su promesa y el 21 de abril se ejecutó el derribo de Villa Estrella.
Más allá del Art Decó Streamline Moderne, el Racionalismo puro de Segovia
- Antiguo grupo Escolar Primo de Rivera y actual colegio Diego de Colmenares (Silvestre Manuel Pagola Bireben, 1930), en el número 2 del paseo Conde de Sepúlveda
- Fundación Nicomedes García Gómez (Silvestre Manuel Pagola Bireben, 1938), en la avenida Obispo Quesada, 7
- Edificio Heredero (Francisco Fernández Vega, 1965), en el número 20 de la calle María de Pablos Cerezo
Más llamativa que la Segovia Art Decó es la modernista
Historia económica de Segovia
Como sucedía en Madrid, a finales del siglo XIX y comienzos del XX, Segovia carecía de una burguesía industrial de gustos rupturistas con la arquitectura académica. De hecho, prácticamente, ciudad y provincia carecían de industria.
En 1880, el 70% de la fuerza laboral segoviana se dedicaba a la agricultura, solo un 2% a la industria y un irrisorio 1% a la artesanía. Al comienzo del siglo XX, la decadencia económica de Castilla, en general, y de Segovia, en particular, se agudizó.
Lejos quedaban los buenos tiempos (siglo XV al XVII, así como el mediano resurgir del XVIII) en los que la urbe y su órbita (también llamada la Comunidad y Tierra de Segovia) concentraban rentas procedentes de la ganadería y el comercio, tanto nacional como internacional, de cosechas, lana y artesanía.
Esta última incluía al gremio de les curtidores, zapateres o herradores y, también, a la industria pañera (vivió su época de mayor esplendor de 1530 a finales del siglo, lo que se tradujo en que Segovia se convirtiera en el principal centro textil de Castilla y en uno de los mayores a nivel europeo).
Castilla y Segovia: un pulso industrial en caída libre
Durante el siglo XIX, la desindustrialización de la zona avanzó a gran velocidad y, si la población segoviana se situaba en torno a 20.000 habitantes en la última década del siglo XVI, unos 100 años después, esa cifra había caído un 45% hasta les 11.000.
En 1900, la pobreza, decrepitud de la arquitectura y unas deficientes redes eléctricas y de abastecimiento de agua conformaban el día a día de las menos de 15.000 almas empadronadas en la ciudad de Segovia.
Como consecuencia, la insalubridad fue una constante hasta que, en 1932 (la II República), el Ayuntamiento y la Beneficencia Municipal inspeccionaron diversos edificios públicos y privados para conocer su verdadero grado, acuciante en las calles extramuros.
Repunte industrial en los años 20
De vuelta a 1900, por aquel entonces, la industria continuaba casi desaparecida en Segovia. No obstante, la ciudad contaba con una compañía de suministro eléctrico, la Sociedad Anónima Electricista Segoviana (desde 1889), a la que se sumaría la Cooperativa Electra Segoviana en 1914.
Ya en 1922, llegaría más industria, de la mano de Klein y Compañía S.R.C, en cuya factoría se elaboraban gomas, curtidos o revestimientos de amianto. En este sentido, las décadas de los años 20 y 30 trajeron multitud de industrias a la ciudad y provincia. De hecho, en 1934, operaban en la región 1.142.
Así, a finales de los 30, la población de Segovia ciudad recuperaba y excedía los niveles de finales del siglo XVI hasta alcanzar la cifra de 25.000 habitantes en 1940.
Rasgos del Modernismo en Segovia
Según toda la información anterior, en Segovia, no existió una clase acomodada e interesada en las vanguardias artísticas hasta bien entrado el siglo XX. Por eso, no es de extrañar que, al igual que en Madrid, el Art Nouveau de la ciudad sea, sobre todo, de corte ornamental.
Ecléctico como el madrileño, el Modernismo de Segovia se mantuvo fiel a las estructuras constructivas y dictámenes estéticos de la Real Academia de las Bellas Artes de San Fernando, cuya sobriedad resultaba más atractiva para la mentalidad castellana que la exuberancia del Art Nouveau catalán.
En este sentido, el Modernismo segoviano bebe más del vienés (Sezessionsstil) que del parisino y del que vinculamos con Antoni Gaudí.
Así, dado el gusto imperante entre las élites, les arquitectes tenían que diseñar edificios de estructuras tradicionales y, según su interés por la modernidad, incluir algún que otro detalle ornamental en las fachadas.
De este modo, se explica lo tarde que el Art Nouveau desembarcó en Segovia (ya en el siglo XX) y, también, su vigencia en la época en el que el, aún más revolucionario, Art Decó ya era el estilo de moda en Madrid.
Los edificios de la Segovia modernista
Casa de Adela Chaurin Strudwich
Se cree que fue la antigua sede del Banco Castellano y se encuentra en el número 2 de la calle Juan Bravo, justo pegado al edificio plaza del Corpus 3 de la Segovia Art Decó.
Diseñada por Joaquín Odriozola Grimaud en 1900, fue reformada y dotada de su aspecto Art Nouveau secesionista actual en los años 20. Aunque no está 100% demostrado que se encargara Benito de Castro Rueda, se le atribuye el aire modernista que adquirió entonces el inmueble.
La fachada al paseo del Salón de Isabel II es la obra cumbre de la Segovia Art Nouveu, gracias a la cornisa ondulada (en especial a la de herradura que corona los 2 extremos) y a la profusión de motivos vegetales bajo las ventanas, balcones y en los pequeños frontones de los extremos.
Respecto a la fachada a Corpus, aunque mantiene la esencia secesionista (más motivos vegetales en molduras, formas de las rejerías y herradura sobre el frontón central), su Modernismo resulta más discreto.
Antiguo Gran Hotel París-Fornos, actual hostal Fornos
Se sitúa en el número 13 de la calle Infanta Isabel y fue construido entre 1903 y 1905. Atribuido a Joaquín Odriozola Grimaud, sus detalles Art Nouveau (la puerta principal y los miradores) proceden de la rehabilitación de 1926, cuyo diseño se adjudica a Silvestre Manuel Pagola Bireben.
Viviendas para Illipiano Crespo y para Leopoldo Moreno Rodríguez
Aunque en la actualidad dé la impresión de que se trata de un solo edificio con diferentes portales, en realidad, estas viviendas se componen de 2 bloques bien diferenciados y levantados en distintas fechas.
Por un lado, las viviendas para Illipiano Crespo (Felipe de Sala Blanco, 1904, ubicadas en la plaza del Corpus 1, 7, 9 y 11) y, por otro, las de Leopoldo Moreno Rodríguez (Benito de Castro Rueda, 1915, en Isabel la Católica 7, 9 y 11).
Eso sí, tanto en un caso como en otro, el Art Nouveau es igual, ornamental y se manifiesta en los múltiples esgrafiados de las fachadas y los motivos florales en los miradores. Por desgracia, no ha llegado hasta nuestros días el frontón curvo con rosetón que remataba el conjunto.
Antiguo Casino de la Unión (actual Centro Almuzara)
La discreta, pero decididamente Art Nouveau fachada a Juan Bravo (motivos vegetales y femeninos) fue obra de Felipe de Sala Blanco en 1907. No obstante, la más destacada, aquella que hace del antiguo Casino de la Unión una de las joyas de la Segovia modernista, da al paseo del Salón de Isabel II.
Proyectada por Benito de Castro Rueda, se levantó de 1912 a 1913 y, como en algunos ejemplos del Art Nouveau madrileño, el estilo trascendió lo ornamental y la galería que sobresale supone la única aproximación a las estructuras propias del Sezessionsstil de toda Segovia.
Por desgracia, en los años 20, el casino de la Unión sufrió un aparatoso incendio, que destruyó sus partes más vistosas. De hecho, aunque cuente con un aspecto menos espectacular, la fachada a Juan Bravo es la que más se parece a lo que fue en origen.
De hecho, la galería actual, pese a su singularidad, se sitúa a años luz de la anterior al fuego. No obstante, sigue haciendo gala de su influencia del Sezessionsstil vienés y centroeuropeo en sus pináculos y arcos de herradura.
Viviendas para Clementina Lanchares López
También obra de Joaquín Odriozola Grimaud, se sitúa en el número 56 de la calle Juan Bravo. Como en casos anteriores, este inmueble se levantó en estilo ecléctico decimonónico y, con una reforma posterior, adquirió su carácter Art Nouveau.
En esta ocasión, en 1911, Benito de Castro Rueda se encargó de añadir la tercera planta y unas extraordinarias rejerías modernistas en los miradores.
Viviendas en Isabel la Católica, 5
El Modernismo se manifiesta en los dinteles ondulados de los pisos tercero y cuarto, en las ménsulas, así como en las rejerías del mirador y los balcones. Terminadas en torno a 1914, el diseño de estas viviendas se atribuye a Benito de Castro Rueda.
Hotel San Miguel
Ubicado en la calle Infanta Isabel, 6, se desconoce quién diseñó este edificio de 1915, cuyos esgrafiados se enmarcan en el Modernismo.
Viviendas para Mariano Villera
Sobre todo eclécticas, estas viviendas en Cronista Lecea, 6 abordan la arquitectura modernista en las rejerías florales de miradores y balcones, además de en los dinteles de puertas y ventanas.
Inauguradas en 1919, son obra de Francisco Javier Cabello Dodero.
Avenida Fernández Ladreda, 11
Sin duda, otro de los platos fuertes de la Segovia Art Nouveau, por desgracia se desconoce quién y cuándo lo diseñó, así como su año exacto de construcción (se estima en los albores de los felices 20).
Muy secesionista, puesto que presenta una fachada con volúmenes marcados, miradores pétreos (es decir, desprovistos casi en su totalidad del hierro y vidrio habitual), huecos pares y motivos decorativos inspirados en hojas de laurel.
Viviendas para Magín y Pedro Perareda
Por delante del inmueble anterior y empatada con el antiguo Casino de la Unión, como pieza cumbre del Modernismo segoviano, se encuentra esta creación de Silvestre Manuel Pagoda Biriben, fechada en 1929, una año ya muy atípico para la arquitectura Art Nouveau.
Para situar lo tardío que fue el Modernismo de este inmueble, en 1929, la Segovia Art Decó ya contaba con 2 obras. Además, entonces, el primer Art Decó (el Zigzag Moderne) comenzaba a pasar de moda en favor del aeordinámico o Streamline Moderne.
Cervantes, 32 (sin datos, más allá de que se concluyó en 1910)
Muerte y Vida, 2 (1920)
La Segovia Art Nouveau finaliza con este inmueble de la calle Muerte y Vida, muy similar a las viviendas para Magín y Pedro Perareda. Precisamente, este parecido ha llevado a atribuir su diseño a Silvestre Manuel Pagoda Biriben.