Pentacrítica: Billie Eilish, Brigitte Laverne, La Casa Azul y más
A excepción de No U Turn de Susan Santos, todos los discos de esta nueva pentacrítica musical se han publicado en las últimas 2 semanas. De todos ellos, el de más importancia, a nivel internacional, es WHEN WE ALL FALL ASLEEP, WHERE DO WE GO?, el debut de Billie Eilish. Junto a los álbumes de Santos y Eilish, analizamos Disco China de Brigitte Laverne, LOVE de MARINA y La Gran Esfera de La Casa Azul.
WHEN WE ALL FALL ASLEEP, WHERE DO WE GO?, ¿es para tanto el debut de Billie Eilish?
Cada cierto tiempo, en el seno del mundo del pop, la atención de medios y público se centra en artistas desencantades con la vida.
Por ejemplo, ocurrió en 1991 con Nirvana, en 2002 con la Avril Lavigne de Let Go, en 2012 con Lana del Rey o, solo un año después, con Lorde.
Tras la importante pérdida de popularidad que esta última padeció con Melodrama (2017) y, muy posiblemente, el hecho de que del Rey supere la treintena, el puesto de ídolo juvenil del desencanto quedó casi desierto (The Chainsmokers también pueden formar parte de esta categoría, aunque jueguen en otra liga en cuanto a calidad).
Eso sí, ya, por entonces, una nueva figura comenzaba a despuntar para hacerse con el título: la jovencísima Billie Eilish (nacida el 18 de diciembre de 2001), cuya voz parece una fusión de las de Lana del Rey, Selena Gomez, Lorde y Taylor Momsen (lideresa de The Pretty Reckless).
Desde 2016, la cantante estadounidense, siempre asistida en la producción por su hermane Finneas O’Connell, ha ido lanzando multitud de sencillos (muchos agrupados en el EP dont smile at me, 2017) que, aunque presenten géneros musicales diferentes (electropop, electro r&b, electrónica industrial, electro soul, folk o trap), cuentan con un rasgo en común: seductora y etérea languidez.
Tras el pelotazo comercial y de streams que, en 2018, fue Lovely (con Khalid), canción para la segunda temporada de 13 Reasons Why?, y el alto nivel tanto musical como audiovisual, de you should see me in a crown y when the party’s over, así como su oscuridad, la popularidad de Eilish se disparó en todo el mundo, sobre todo, entre adolescentes que no encajan en el tópico de serie estadounidense.
WHEN WE ALL FALL ASLEEP, WHERE DO WE GO? canción a canción
En contraposición a su fama de adolescente profunda y abatida, el debut de Billie Eilish se inicia con risas en !!!!!!!, un intro en el que, básicamente, se limita a decir “hala, este es mi álbum”.
Unos segundos después, este momento, casi candoroso, se desvanece por completo en bad guy, una soberbia composición de techno trap, en la que Eilish se reivindica a sí misma como el típico chico malo-chico duro.
Lanzada como quinto sencillo de WHEN WE ALL FALL ASLEEP, WHERE DO WE GO? e inspirada en Everything Is Not What It Seems de Selena Gomez (tema principal de la serie Wizards of Waverly Place), en concreto en la versión de la cuarta temporada (2010), todo indica que será el de mayor impacto de su corta carrera.
Mucho menos oscura, pero sí melancólica es xanny (abreviatura de Xanax, medicamento contra la ansiedad), una ralentizada pista trap de influencia jazz y soul, en la que afirma no necesitar tomarse un xanny para sentirse mejor.
Pese a que la letra puede considerarse positiva, al terminar xanny, la sensación general es de severo hundimiento emocional. Tal vez consciente de ello, tras ella, se reproduce la enorme you should see me in a crown.
También trapera, es la clásica canción del alma de divas malignas que todes llevamos dentro. Por tanto, es una especie de himno empoderador, una forma de decir, “aquí estoy yo” y soltar borderías como “mi sonido favorito es tu silencio”.
El verso que da título al que es el primer sencillo del debut de Billie Eilish procede de un diálogo de la serie británica Sherlock.
Hip hop, ecos doo-wop-soul y una forma de cantar muy Lorde son las cartas de presentación de all the good girls go to hell, un hipnótico medio tiempo dotado de una letra oscura difícil de interpretar.
Entre otras cosas, canta-recita que no puede cometer nada más que un crimen, que las colinas se queman en California o que ella (se entiende que una persona diferente a Eilish) querrá al diablo en su equipo.
Queerbaiting, la mancha que empaña WHEN WE ALL FALL ASLEEP, WHERE DO WE GO?
El “espíritu Lorde” sigue muy presente en el tema más polémico del debut de Billie Eilish, wish you were gay. De melodía folk-hip hop (por momentos, similar a la de We Will Rock You de Queen), la controversia con esta correcta canción (cuarto sencillo del álbum) tiene que ver con el llamado Queerbaiting.
¿Habéis oído hablar del clickbait? Consiste en titular artículos y vídeos con frases del tipo “no te vas a creer lo último que ha dicho Ana Guerra” o “polémica en Twitter por lo que Ana Morgade dijo ayer en El Hormiguero”. Este tipo de titulares, en el 99,99% de los casos lleva a noticias absurdas, que no cuentan nada, o a no-noticias, pero despiertan nuestro interés y hacemos clic para leerlas.
Tiene muy mala fama, pero se sigue empleando. Pues bien, esta forma de apelar a nuestra curiosidad tiene otras variantes, como el Queerbaiting. Se trata de sugerir, también con un titular o título, que el contenido aborda cuestiones LGTBIQ.
Un tipo de Queerbaiting es ese en el que 2 hombres cishetero juegan a la ambigüedad sexual y suben un vídeo “jugueteando” a Youtube o Twitter. La imagen del vídeo sugiere que se darán un beso, el titular que puede ser una salida del armario, pero luego no ocurre nada de eso. También lo son las revelaciones de J.K, Rowling sobre la homosexualidad de Dumbledore, que luego NUNCA se representan en las películas.
JK Rowling: “Dumbledore y Grindelwald tenían una apasionada y caliente relación romántica y sexual”
Dumbledore y Grindelwald representados en cualquier película o libro: pic.twitter.com/XGRQsA5hPH— Tigrillo ?️? (@TigrilloTW) 17 de marzo de 2019
Sí, se trata de una forma de jugar con un colectivo ávido de mayor visibilidad, de engañarnos, de utilizarnos para conseguir visitas. Precisamente, a este juego sucio juega o parece jugar wish you were gay, cuyo título daba a entender que Eilish estaba saliendo del armario.
La realidad es otra y, en este tema, lo que la artista hace es lamentarse porque el chico que le gusta no tiene interés en ella. Su forma de afrontarlo es desear que ojalá fuera gay, en lugar de un hetero que no se fija en ella.
Por sí misma, la canción puede tener diferentes lecturas, tanto de Queerbaiting como de “normalización” de la homosexualidad en la vida adolescente.
Sea lo que sea, Eilish se ha medio disculpado. Sus palabras han sido que no entiende la polémica porque, para ella, la canción no es ofensiva. Esto está muy bien, pero no se trata de lo que ella, mujer cishetero piense, sino de lo que sienta el colectivo LGTIBQ.
when the party’s over, el momento Six Feet Under del debut de Billie Eilish
Aunque no tuvo ningún tipo de repercusión con ella, la carrera de Eilish se inició con Six Feet Under, un melancólico y ensoñador medio tiempo a piano. Pasados 2 años de aquello, en octubre de 2018, la artista lanzaba un tema en la línea del de su debut.
Mucho mejor producido, repleto de pausas y algún que otro juego vocal al estilo Lana del Rey en, por ejemplo, Ride, este delicado corte, además de avivar el interés por el debut de Eilish, se trata de uno de los más icónicos de su todavía breve carrera.
Las lágrimas negras que emanan de los ojos de la artista en el videoclip y lo clásico de la composición son algunas de las razones de ello.
Después de las flojas 8 (folk) y my strange adicction (hip hop y house), WHEN WE ALL FALL ASLEEP, WHERE DO WE GO? coge aire de forma espectacular con bury a friend e ilomilo.
La primera, que incluye el verso que da título al álbum, es una tétrica composición de electrónica industrial y hip hop sobre lo que siente el monstruo que vive bajo la cama de la cantante.
Por su parte, ilomilo presenta un nivel de perfección electropop totalmente vinculable con el de Robyn. ilomilo es el nombre de un videojuego sobre unir a personas separadas y en torno a ese argumento se construye esta canción sobre el deseo de Eilish de permanecer siempre al lado de la persona amada.
La lúgubre desnudez del final de WHEN WE ALL FALL ASLEEP, WHERE DO WE GO?
En las 3 últimas canciones de su debut, Billie Eilish prescinde de las bases hip hop y, prácticamente, de los múltiples toques electrónicos del resto del álbum. Gracias a ello, entrega 3 piezas memorables y sombrías (aunque puedan parecer aburridas en un primer momento) de atmosférico piano pop y folk pop.
Inmimente muerte (before i go), amor no deseado (i love you. Recuerda, por momentos, al Hallelujah de Leonard Cohen) y goodbye (incluye, como versos, títulos o partes de otras canciones del álbum, como bad guy o all the good girls go to hell) son los temas abordados en el último tramo del debut de Billie Eilish.
Veredicto sobre WHEN WE ALL FALL ASLEEP, WHERE DO WE GO?
El principal problema de este álbum es que, al carecer Eilish de una voz especialmente reconocible y al recordar esta a otras 2 referentes del desencanto, como son Lana del Rey y Lorde, su contenido solo retrotrae una y otra vez a la música de ambas.
De hecho, pese a todo lo comentado, por el momento, carece de personalidad artística. Sí, con WHEN WE ALL FALL ASLEEP, WHERE DO WE GO? dispone de un buen disco debut bajo el brazo y una gran popularidad, sobre todo, en las plataformas de streaming, pero solo el tiempo dirá si su estrella se apagará tan pronto como la de Lorde o si se convertirá en una superviviente como Lana del Rey.
Disco China: el potente salto al español de Brigitte Laverne
Poco más de un año después de Wasted, el décimo mejor disco español de 2018 para Cultura Diversa, la barcelonesa Brigitte Laverne ya tiene a su sucesor en el mercado, Disco China su primer trabajo cantado en español.
También de 7 canciones, sumerge a la artista en ritmos post-punk y synthpunk, que ya podíamos intuir en Can’t Take It No More (32º mejor tema de 2018) de Wasted.
Desde la primera escucha, Disco China de Brigitte Laverne muestra todo su poderío e inmediatez gracias a una magistral combinación de sintetizadores, guitarrazos punk rock y letras directas.
De hecho, este segundo álbum de la cantante es el claro ejemplo de que apostar por el rock o el punk aún puede cautivar si se hace bien, algo que también lograban PVRIS en All We Know Of Heaven All We Need Of Hell (2017) o, más recientemente, Within Temptation con el notable Resist.
Otra virtud de Disco China es que todos sus cortes son excelentes. De ellos, aquellos que alcanzan la perfección más absoluta son Bienvenido al Realismo (post punk y synthpunk), Disco China (post punk y punk rock), Culpable y Feliz (post punk y synthwave), Te Crees Muy Eterno (post punk y synthwave) y No lo Haces Nada Mal (post punk y punk rock).
Esta última, por cierto, himno feminista desde ya, denuncia el machismo de la industria musical española.
Versos como “Mis compañeros en la industria me ganaron la batalla”, “Y a mí siguen sin tomarme muy en serio”, “¡Mejor calla, las chicas callan!”, “Trabajos modernos, principios de otro siglo” o “Harta de escuchar tu estúpida opinión” dan buena cuenta de ello.
En definitiva, con Disco China, Brigitte Laverne entrega un extraordinario álbum, que inyecta ganas de vivir y de saltar, ideal para quemar a escuchas y que esperamos le dé, por fin, el reconocimiento que le falta en España.
LOVE de MARINA: lo que los diamantes se llevaron
Pese a las buenas cifras de debut en Estados Unidos, con FROOT, Marina cosechó el gran batacazo comercial de su carrera.
La británica nunca ha sido una superventas y ya había sufrido la clásica pérdida de público asociada al segundo álbum, pero de ahí al ninguneo que sufrió con la citada era hay un abismo.
Tras un tiempo desaparecida, colaboraba con Clean Bandit en la preciosa Disconnect (2017), composición que fue ignorada por el público.
Un año después, volvía a colaborar con esta misma formación en la descafeinada Baby, que también contó con la voz de Luis Fonsi.
Baby (incluida en LOVE), la primera canción de Marina & the Diamonds como MARINA, no logró igualar los registros de Rockabye, Symphony, I Miss You o Solo de Clean Bandit, pero le dio a la cantante su 3ª mejor posición en la lista de sencillos británica, un 15. Este hito se produjo, además, 6 años después del #11 de Primadonna y 8 del #12 de Hollywood.
Al poco de culminar este revival de popularidad, MARINA anunciaba el lanzamiento de su 4º álbum de estudio, LOVE+FEAR para el 26 de abril. Sin embargo, el pasado jueves 4 de abril, la cantante liberaba por sorpresa la primera mitad del disco: LOVE.
La era LOVE+FEAR de MARINA, entre el desinterés y la decepción
Para promocionar la compra/escucha de LOVE+FEAR, MARINA ha publicado 3 sencillos desde el 8 de febrero: Handmade Heaven, Superstar y Orange Trees, que más que generar ilusión han causado indiferencia.
Handmade Heaven parecía y es la clásica balada que queda mejor en medio de un álbum, Superstar, el típico medio tiempo que en Eurovisión se cuelga la etiqueta de alternativo, y Orange Trees, una composición entre el tropical house y el folk griego absolutamente carente de gracia.
Con ninguno de los 3 sencillos ha pasado nada a nivel comercial y, en una maniobra que condena esta era al fracaso más absoluto (en 2018, Jessie J lo experimentó al lanzar L.O.V.E. en 4 entregas, una por cada día), el 4 de abril, MARINA publicaba solo LOVE.
¿En qué consiste LOVE?
Según la artista, LOVE+FEAR es un trabajo basado en unas afirmaciones de la psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross (1926-2004), que vienen a decir que todos los sentimientos que experimentan las personas tienen su origen en 2 emociones, el amor y el miedo.
En principio, de la primera surgen los buenos sentimientos y de la segunda, los malos, pero, como subraya MARINA, el miedo también trae consigo consecuencias positivas y el amor, negativas.
Lamentablemente, no podemos estar más de acuerdo con lo último, dado que las 8 canciones de LOVE conforman el peor conjunto de temas de toda su discografía. De hecho, lo mejor de la etapa LOVE ni siquiera se incluye en el trabajo: el remix de Handmade Heaven.
Realizado por Krystal Klear, dota de ritmos synthpop, italo disco y hi-nrg este correcto tema, sin que ello suponga la pérdida de la marca MARINA.
Remix aparte, aunque Handmade Heaven no entusiasmara demasiado en un principio, al escuchar LOVE, se posiciona como la pista más destacada del álbum, seguida en la distancia por To Be Human (cuenta con cierto poso soul), End Of The Earth y, aún más lejos, Superstar.
Los otros temas restantes son la ya citada Baby, el electropop del montón y sin personalidad que es Enjoy Your Life (la podrían haber sacado tanto Halsey, ALMA, Rita Ora, Hayley Kiyoko como Sigrid, Alison Wonderland o Bebe Rexha).
Veredicto sobre LOVE de MARINA
En definitiva, como siempre sucede con cada disco, MARINA nos muestra una nueva versión musical de ella. Eso sí, en este caso, su camino ascendente ha evolucionado hacia la corrección mediocre.
Dicho de otra manera, LOVE cuenta con una buena producción, aunque genérica, que envuelve unos cortes de una calidad aceptable, aunque muy inferior a la que presentaban la mayoría de sus obras anteriores.
Ahora, solo queda esperar al 26 de abril para comprobar si, como la misma MARINA ha tuiteado, FEAR ofrece algo totalmente diferente a LOVE, es decir, sucesores dignos de Numb, Guilty, Lies, Blue, Shampain, Starring Role, Bubblegum Bitch, Fear & Loathing, I’m a Ruin, Are You Satisfied?, Oh No! o Forget.
No U Turn, Susan Santos sigue a lo suyo, pero tropieza esta vez
Hace casi 5 años, incluíamos el tema Electric Love de Susan Santos entre las mejores canciones españolas de 2014.
Parte del álbum del mismo nombre, el segundo de su carrera y el primero totalmente en solitario (en Take Me Home, de 2011, compartía protagonismo con Papa’s Red Band, en un trabajo de blues rock y retazos funk), recordaba a la Shania Twain más roquera, gracias a la integración de rock y americana (fusión de country, blues, bluegrass y rockabilly).
Desde Electric Love (más roquero que Take Me Home, pero todavía con algún deje funk, como en Somebody Like Me, o con la novedad del góspel de Ice On Fire), la cantante pacense ha publicado 2 discos más.
El primero, Skin & Bones (2016, centrado en blues rock y un country más clásico, con las excepciones rockabilly de Skin & Bones, medio jazz de Stop Drivn’ Me Crazy o góspel de la más floja Right On Time), su mejor trabajo hasta la fecha.
Tras él, ha llegado No U Turn.
Este último se abre con Blind Woman un contundente tema de country rock, asistido con un excitante solo de guitarra eléctrica.
Más blues rock es Slow Down, también dotado de un buen solo, que se trata, sin duda, de lo mejor de una canción que da muestras de cierto agotamiento en la fórmula Susan Santos (rock + blues rock + americana, que huye de estribillos facilones), la misma con la que ha encontrado su hueco en la escena blues rock europea.
Fool Me, la más floja por ahora, también salva los muebles gracias al solo de guitarra, que es muy Michelle Branch. Más de lo mismo, aunque con un punto psicodélico, lo encontramos en Shakin’ All Over.
De mayor intención country es Freedom, que parece seguir la misma tónica predecible-aburrida de las canciones anteriores, pero que conforme pasan los minutos va ganando en fuerza, gracias a, sobre todo, recovecos melódicos que se salen de lo esperado.
Pero cuando No U Turn, de verdad, remonta el vuelo es al sonar Heaven Or Hell, un soberbio country rock de toques psicodélicos. No es un espejismo porque, aunque con la balada country Dry River bajan las revoluciones, la calidad se mantiene intacta.
Lo mismo sucede con el medio tiempo Feeling Good, que cuenta con cierto regusto al Born to Be Wild (1968) de Steppenwolf. Por último, llega la insulsa Green y la correcta, aunque aburrida (por repetición de la misma fórmula) In Trouble.
En definitiva, al igual que siempre, Susan Santos ha entregado un disco entretenido, repleto de canciones tocadas e interpretadas con sumo gusto, pero que, en este caso concreto (salvo las excepciones Heaven Or Hell, Dry River, Feeling Good, Blind Woman y, en menor medida, Freedom), no terminan de convencer.
La Gran Esfera, el esperado tercer disco de La Casa Azul
A finales de marzo, Guille Milkyway se pasaba por el programa Atención Obras de La 2.
Allí, el cantante, productor y DJ contaba que los 7 años largos que separan La Polinesia Meridional de La Gran Esfera son la consecuencia de haberse enfrentado a un desprendimiento de retina y de involucrarse en otros proyectos.
Ejemplos de lo último son los 3 últimos discos de Fangoria o el recopilatorio En Libertad (2013, homenaje a Nino Bravo).
De hecho, como Milkyway ya ha manifestado en otras ocasiones, la primera versión de La Gran Esfera data de 2013.
Justo entonces, le ocurrió lo del desprendimiento de retina, que le obligó a permanecer en reposo el tiempo suficiente para que, una vez recuperade, hubiese perdido la conexión con las canciones de esa proto La Gran Esfera.
Como consecuencia, solo 3 temas del quinto álbum de La Casa Azul corresponden a esa época. El resto son composiciones que han surgido en diferentes momentos, pero, sobre todo, en 2017 y 2018.
En el mismo Atención Obras, Guille Milkyway le contaba a Cayetana Guillén Cuervo que, de alguna manera, La Gran Esfera cierra la etapa que se inició con La Revolución Sexual (2007) y que continuó con La Polinesia Meridional (2011).
Todos son trabajos en los que se ha centrado en narrar, de forma costumbrista, su vida cotidiana y su ansiedad sobre la vida, el mundo en el que vivimos y la invisibilización de la mujer.
En concreto, La Gran Esfera trata sobre los sentimientos de decepción que aparecen en las relaciones de amor de larga duración.
Respecto a los géneros musicales abordados, un importante número de canciones se sumergen en su característico disco funk, disco o italo disco, algo habitual con La Casa Azul desde La Revolución Sexual (también había en Tan Simple como en el Amor, pero no era mayoritario).
A este grupo pertenecen las fantásticas Podría Ser Peor (dotada de ecos deep house), El Final del Amor Eterno (contiene trazas de tropical house), El Momento, Nunca Nadie Pudo Volar y Gran Esfera.
Otros estilos abordados son el j-pop, en las sensacionales Hasta Perder el Control y Saturno, trap en la sólida A T A R A X I A y en la correcta Ivy Mike (también integra disco-funk) y synthpop en la menos inspirada El Colapso Gravitacional.
Han pasado casi 8 años, pero aunque suene a tópico, la espera ha merecido la pena: La Casa Azul ha vuelto con fuerza, tanto en calidad musical como en recibimiento comercial. De hecho, La Gran Esfera ha debutado en el #4 de ventas España y en el #8 de la tabla de streaming, que son los mejores registros de su carrera.
Billie, saca ya el dueto con Rosalíiiiaaa!!