Semana de la Arquitectura 2019 en Madrid (II): el siglo XXI
Seguimos contando la historia e información más interesante de diferentes edificios singulares de la capital de España, con la excusa de que se han enseñado en la última Semana de la Arquitectura en Madrid.
En este segundo artículo, nos centramos en las obras correspondientes al siglo XXI, como el Museo ABC o el interior del edificio Le Phénix, así como en las construcciones presentes en 2 localidades de la Comunidad de Madrid: Boadilla del Monte y Torrelodones.
El siglo XXI para la Semana de la Arquitectura en Madrid 2019
Biblioteca Pública José Hierro
Diseñada por Juan Herreros e Iñaki Ábalos (estudio Herreros), se encuentra entre la Junta Municipal del Distrito de Usera (1999) y el Centro de Salud Joaquín Rodrigo (2001).
Los 3 conforman una singular isla de arquitectura contemporánea, que se ve complementada, a pocos metros a la derecha del centro de salud, por la Comisaría de Policía Nacional distrito Usera (2010).
Inaugurada en 2003, esta biblioteca presenta un tipo de arquitectura muy popular en diversos nuevos desarrollos urbanísticos de la capital, del resto de España y, también de Europa, durante estas primeras décadas del siglo XXI.
Ejemplos de ello son las Torres de Mariturri (2008, Vitoria), la sede del Juzgado Social Nº 2 (2006, Burgos), el rascacielos KLP-bygget (2010, Oslo), Maersk Tårnet (2017, Copenhague), Königstadt-Carrée am Alexanderplatz (2011, Berlín) o Emergence – Bâtiments A&B (2018, París).
Biblioteca del Museo Reina Sofía
El fachadismo es un mal que afecta a la clase política española, en general, y a la ideología de derechas, en particular.
Debido a ello, desde hace ya bastante tiempo han proliferado las rehabilitaciones que tiran el interior de un edificio y solo mantienen la fachada, como si fuese lo único valioso, como si las molduras, escaleras o techos no fueran arquitectura ni patrimonio susceptible de conservar.
Además, el fachadismo, que no es más que un reflejo de la desmedida importancia que se le da a las apariencias, impide que el público conozca grandes tesoros de nuestro patrimonio. Por suerte, en la Semana de la Arquitectura en Madrid los espacios exteriores e interiores se reivindican por igual.
Sin duda, de todas las arquitecturas interiores de la pasada Semana de la Arquitectura en Madrid, la biblioteca del Museo Reina Sofía (obra de Jean Nouvel, 2005) figura entre las 3 más espectaculares. De hecho, la grandeza de la estancia supera con creces el diseño exterior de la ampliación de este centro de arte contemporáneo.
Caixaforum
Corría el año 1900, cuando se inauguraba la Central Eléctrica del Mediodía, cuya misión era la de abastecer de electricidad todo el sur del casco histórico de la ciudad.
Más de 100 años después, tras la adquisición de la central por La Caixa, fue reformada y ampliada por el estudio Herzog & de Meuron, desde 2002 hasta 2008, cuando reabrió como el Centro Cultural y Social La Caixa en Madrid, más conocido como CaixaForum Madrid.
Del edificio original, solo quedan los muros exteriores de ladrillo, dado que incluso la antigua cimentación fue sustituida por un pilar central, casi invisible desde el exterior. Gracias al mismo, da la sensación de que el CaixaForum está suspendido en el aire.
Además de la desaparición de la planta baja, el diseño de Herzog & de Meuron supuso el añadido de varios pisos superiores, cuyas fachadas fueron revestidas de un material metálico de efecto corroído.
Como puede apreciarse en las imágenes, lo más destacado del interior son la escalera de acceso al edificio y la interior. Asimismo, del exterior, dejando a un lado la singular arquitectura del Caixaforum, merece mención aparte el jardín vertical, obra de Patrick Blanc.
Museo ABC
Desde 2010, la que fuera la primera fábrica Mahou en Madrid alberga la colección particular de dibujos e ilustraciones de la Fundación ABC. Eso sí, el lugar donde se encuentra dista mucho de ser de nueva planta. De hecho, la citada factoría (obra de José López Salaberry) se inauguró en 1891.
Para su rehabilitación y acondicionamiento como museo, el estudio Aranguren Gallegos integró en el complejo el edificio contiguo (1994) y vinculó el siglo XIX con el XX y el XXI, a través de una cercha metálica, de color blanco, que, además, cumple la función de dintel para el acceso público al patio.
Sede del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM)
Un viaje por diferentes estilos arquitectónicos integrados en perfecta armonía. Esto es lo que supone contemplar la sede del COAM, situada en el edificio de las antiguas Escuelas Pías de San Antón (barrio de Justicia, distrito Centro).
Original de Pedro de Ribera (1740), fue barroco hasta que Francisco Rivas le otorgase, entre 1794 y 1832, el aspecto neoclásico actual. Antes de las obras de Rivas, en 1772, Ventura Rodríguez diseñó la Fuente de los Galápagos, integrada en el chaflán a Hortaleza y Santa Bárbara.
Bien de Interés Cultural desde 1995, de 2006 a 2012, tuvieron lugar las obras de reforma y rehabilitación de las antiguas escuelas, según el proyecto de Gonzalo Maure. En concreto, los añadidos contemporáneos se levantaron en la parte barroca.
Fundación Botín
Por el espacio que separa los números 43 y 45 de la calle Jorge Juan se accede a la sede madrileña de la Fundación Botín, encajonada en la zona central de la manzana Jorge Juan-Castelló-Goya-Príncipe de Vergara. En concreto, se ubica en la antigua fábrica de Platerías Espuñes, construida en 1920 y diseñada por Gonzalo Aguado.
Por su parte, la Fundación Botín fue creada en Santander por el matrimonio Botín Sanz de Sautuola-Yllera. Desde entonces (1964), ha orientado sus actividades a fomentar el desarrollo social.
En 2012, encargaron a Diego Varela y Emilio Medina (MVN Arquitectos) la adaptación de la nave y los espacios de alrededor a las necesidades de la Fundación Botín. Abierta al público, las obras de Varela y Medina consiguieron convertir la luz natural en un elemento más.
En torno a esta parada de la Semana de la Arquitectura en Madrid, se encuentran diferentes edificios Art Decó del distrito Salamanca a los que merece la pena acercarse:
Sede Cuatrecasas
También de 2012 es esta otra parada de la Semana de la Arquitectura en Madrid, donde el interior le da 1.000 vueltas al exterior.
Sin menospreciar las nuevas fachadas que Ruiz Barbarín Arquitectos y GCA Arquitectes (tienen un nombre inclusivo sin saberlo) aportaron al número 9 de la calle Almagro (1987), las formas más espectaculares de su proyecto quedaron en el interior, como puede apreciarse en la imagen inferior.
Gracias a la reforma de la Sede Cuatrecasas, Ruiz Barbarin Arquitectos y GCA Arquitectes ganaron el Premio COAM 2013.
Medialab-Prado
Frente a la fachada sur del Caixaforum Madrid, desde 2013, en la antigua Serrería Belga, se encuentra Medialab-Prado, un laboratorio ciudadano (depende del Ayuntamiento de Madrid) dedicado a la investigación sobre los nuevos procesos de aprendizaje y experimentación que las redes digitales han generado.
El proyecto de rehabilitación corrió a cargo de María Langarita y Víctor Navarro, quienes supieron conjugar los elementos característicos del diseño Neomudéjar de Manuel Álvarez Naya, en 1925, con la filosofía de conocimiento libre de Medialab-Prado.
Como consecuencia, respetaron las fachadas y potenciaron los espacios diáfanos y desnudos, sin barreras, en el interior. Además, proporcionaron una nueva articulación entre los 2 edificios existentes a través de la estructura-escalera La Cosa.
Fundación Francisco Giner de los Ríos
El 14 de junio de 1916 nació la Fundación Fundación Francisco Giner de los Ríos. Debe su nombre a une de les fundadores de la Institución Libre de Enseñanza (1876) y, de hecho, desde que desapareció en 1936, esta fundación ha mantenido vivo el espíritu de la célebre institución de educación privada y laica, así como de la obra de Giner de los Ríos.
Al proteger el legado de la ILE, que apostaba por la libertad de cátedra y por alejarse de cualquier tipo de dogma, la Fundación Francisco Giner de los Ríos no contó con el beneplácito de la dictadura franquista, que le arrebató su personalidad jurídica e infinidad de bienes.
Gracias a la persistencia y trabajo de Manuel Pedregal Fernández (presidente de la fundación desde 1978 hasta su muerte en 1984), la llegada de la democracia supuso la devolución de parte de lo requisado.
Desde sus inicios, la Fundación Francisco Giner de los Ríos estuvo ubicada en el paseo del General Martínez Campos, 14 y 16 (sede final de la ILE). En concreto, en el Pabellón Macpherson (obra de Joaquín Kramer Arnaiz, 1909) y la Casa de Giner y Cossío (ya existía antes del desembarco de la ILE y la fundación), el edificio que da al paseo.
Hubo más inmuebles, pero de poco valor arquitectónico, que fueron sustituidos por los vanguardistas volúmenes proyectados por Cristina Díaz Moreno y Efrén García Grinda en 2003. Las obras para llevar a cabo la rehabilitación de los espacios y la construcción del nuevo se prolongaron hasta 2014.Una de las razones que motivaron el traslado de la Institución Libre de Enseñanza a Martínez Campos fue que la propiedad contaba con jardín y que se encontraba en una zona poco urbanizada, lo que favorecía una formación en contacto con el aire libre. Por eso, el proyecto de remodelación (en este caso, diseñado por Teresa Galí-Izard) dotó de gran importancia a las zonas verdes, elementos esenciales para la articulación de la fundación.
Respecto al edificio de Díaz Moreno y García Grinda, consta de 3 plantas, todas dotadas de fachadas de vidrio, semi-oculto tras una original “piel” de estilizadas barras de acero. Dispuestas en vertical, por ellas, poco a poco, la naturaleza se va abriendo paso.
Ciudad del BBVA. La Vela
En 2007, el BBVA vendió la Torre BBVA (actual Castellana 81) a Gmp Property Socimi S.A. y, 8 años después, la abandonó casi por completo para trasladarse a su nueva ciudad corporativa en Las Tablas (distrito Fuencarral-El Pardo).
Situada a menos de 3 kilómetros del Distrito Telefónica (2008) y a poco más de 2 del Mirador de Sanchinarro (2005), la Ciudad del BBVA es, junto a esas obras, un gran reclamo, tanto para la Semana de la Arquitectura en Madrid como para la arquitectura de estos jóvenes barrios del extremo norte de la capital.
El elemento más llamativo de este complejo de 114.000 m² es La Vela, una torre de 93 metros de altura y, tan solo, 16 metros de ancho.
Finalizada en 2015 como el resto de la ciudad, ocupa la tercera plaza entre los rascacielos más altos de Madrid que han sido levantados en esta década, tras la Torre Caleido (en construcción, supera ya los 100 metros) y la Titania (103,7).
Además de por La Vela, la Ciudad del BBVA (diseñados por el estudio suizo Herzog & de Meuron, responsable, por ejemplo, de la Filarmónica del Elba o Tenerife Espacio de las Artes) destaca por los 8 edificios que la rodean, engalanados con unos paneles blancos, que crean diferentes ilusiones ópticas de movimiento, según se está más cerca o más lejos de los mismos.
Norman Foster Foundation
Entre el paseo de Eduardo Dato y la calle Génova, se encuentran las calles más señoriales del distrito Chamberí. Allí, en el número 48 de Monte Esquinza, se levanta el palacete del duque de Plasencia (1912).
Obra de Joaquín Saldaña y López (a quien debemos otros edificios madrileños, como la iglesia de San Francisco de Sales, el Matadero, el palacete de Moreno Benítez, el Hotel Atlántico, los palacios de la Equitativa, de la Condesa de Adanero y de los duques de Híjar o el Instituto Internacional de Señoritas), se enmarca dentro en la arquitectura afrancesada, muy popular en las residencias para la nobleza y alta burguesía de la capital durante el siglo XIX y comienzos del XX.
Después de albergar la Embajada de Turquía y de pasar por las manos de Altae (Bankia), desde 2013, pertenece a Norman Foster.
En un principio, el proyecto para convertir el palacete en la Norman Foster Foundation estuvo a punto de no llevarse a cabo. La razón, Foster quería realizar modificaciones estructurales y de fachada, algo prohibido, ya que el inmueble es Bien de Interés Cultural desde 2011, cuando quedó inscrito como entorno del frontón Beti Jai.
Pasados 3 años desde su adquisición, Foster llegó a un acuerdo con el Ayuntamiento de Madrid (Ahora Madrid, entonces) y pudo proceder con su reforma, pero sin tocar la estructura ni las fachadas.
Inaugurada en 2017, la Norman Foster Foundation dispone de 8 estancias de exposición, donde se pueden contemplar en torno a 70.000 maquetas, planos, bocetos, dibujos, piezas de arte o planos.
Más allá de los objetos mencionados, el principal reclamo de la renovación del palacete del Duque de Plasencia (por ello, ha formado parte de la última Semana de la Arquitectura en Madrid) es admirar cómo el estilo Foster se ha adaptado al del edificio, al que deja respirar, al mismo tiempo que le dota de elegantes añadidos de vidrio.
Espacio Solo
A la izquierda de la Puerta de Alcalá y en el interior de un edificio precursor de la Arquitectura de la Autarquía (con estrías Streamline Moderne), se encuentra el museo privado Espacio Solo (2017).
Diseñado por el estudio Herreros, la idea para crear este centro de arte contemporáneo-pop surgió en 2014 de la mano de la pareja conformada por Ana Gervás (coleccionista de arte y empresaria de la familia Mahou) y David Cantolla (también coleccionista y profesional detrás de la serie Pocoyó).
En 1.400 m², distribuidos en salas organizadas como si de un laberinto circular se tratase, se pueden contemplar multitud de piezas de arte. Conforme se avanza, dejan de estar expuestas de la forma tradicional para convertirse en arte vivido, es decir, fusionado con el mobiliario y la decoración de una biblioteca o, también, de una cocina.Por último, destacar que el estudio Herreros, gracias a su proyecto del Espacio Solo, ganó el Primer Premio COAM 2018.
Espacio Gancedo
En 4 plantas del número 38 de la calle Velázquez, Gancedo (negocio textil creado en 1945) tiene una nueva flagship store, es decir, su tienda-showroom más representativa. Diseñado por Teresa Sapey e inaugurado este 2019, consta, además, de oficinas y salas de reuniones.
Siempre abierto al público, el último de los espacios, en la capital, de la Semana de la Arquitectura en Madrid nace con el objetivo de mostrar la amplia variedad de productos de la firma, colocados en unas salas diáfanas, dotadas de una decoración y estructura minimalistas y exclusivas, donde la madera, la luz, el arte y un árbol liquidámbar juegan un papel primordial.
Edificios de la Comunidad de Madrid que se visitaron en la Semana de la Arquitectura
Palacio del Infante Don Luis (Boadilla del Monte)
Casa Lucio Muñoz (Torrelodones)
El tamaño de una localidad nunca es impedimento para que se desarrollen en ella diferentes estilos arquitectónicos. Véanse, por ejemplo, Soria, que en los años 30 del siglo XX contaba solo con unes 10.000 habitantes y vio florecer un interesantísimo Art Decó, o Zamora, donde ocurrió algo similar.
Pese a ello, no deja de sorprender que en Torrelodones se encuentren 2 importantes ejemplos de vivienda unifamiliar española del siglo XX, sobre todo, si se tiene en cuenta que, en los 60, no superaba les 2.000 habitantes. Por un lado, la Villa Fabriciano (1987), firmada por Francisco Javier Sáenz de Oíza. Por otro, la que nos ocupa, la Casa Lucio Muñoz (1962).
Eso sí, el asombro desaparece al conocer que este municipio pegado al extremo noroeste de la ciudad de Madrid fue, desde finales del siglo XIX, un lugar de veraneo para familias pudientes de la capital. Aunque no siempre el dinero va ligado a vanguardia arquitectónica, en los 2 ejemplos citados, sí lo está.
Arquitectura que se adapta
Mucho más interesante que la vivienda de Sáenz de Oíza, esta obra de Fernando Higueras y Antonio Miró se ideó para integrarse, a la perfección, con la naturaleza, es decir, para agredir lo menos posible el paisaje de la zona: repleto de encinas, alcornoques, pinos y bolos de granito.
Primera casa de piedra de la trayectoria de Higueras, su diseño y construcción se adaptó al terreno y no al revés. Por eso, la planta por la que se entra es la más elevada y, conforme el terreno desciende, el chalet sigue sus pasos.
Como puede apreciarse en las imágenes, lo más original de la vivienda son todos los voladizos que la conforman, sostenidos por vigas de hormigón vistas. Dada la intención de no deteriorar el entorno natural, el jardín no es el resultado de un plan paisajista, sino, simplemente, la naturaleza que estaba allí antes de la vivienda.
No obstante, no todo fueron triunfos en la construcción de la Casa Lucio Muñoz. Encargada por el matrimonio de pintores Lucio Muñoz y Amalia Avia, las obras duraron mucho más tiempo de lo previsto y el coste, también, superó con creces el presupuesto inicial.
Los problemas de la fama
Una vez finalizada, ganó el Premio Nacional de Arquitectura y se convirtió en destino obligado de estudiantes, profesionales y amantes de la arquitectura. El problema es que era y es una vivienda privada y para Muñoz y Avia no era fácil que su residencia de verano y fines de semana fuera objeto de fotografías y miradas indiscretas. Por ello, la vendieron a José Gárate.
En 1973, Gárate solicitó a Higueras que ampliara la vivienda a más del doble de su tamaño original. Higueras aceptó y, gracias a ello, es imposible identificar qué partes de la casa fueron las iniciales y qué otras proceden de los 70.
Pasados unos años, la propiedad volvió a cambiar de manos y recayó en Rosana Valencia, que juega un papel determinante en la reivindicación de la importancia de la residencia y en que se abra a visitas o talleres en diferentes momentos del año.
Con la Casa Lucio Muñoz solo acaban los edificios singulares escogidos por la pasada Semana de la Arquitectura en Madrid. Al margen de la lista elaborada por COAM, queremos terminar este artículo con las otras 2 obras de Higueras y Miró en Torrelodones:
Casa de Villaseñor (1967)
Al lado de la Casa de Lucio Muñoz, se sitúa la de Villaseñor, llamada así por Manuel López-Villaseñor y López-Cano (1924-1996), que la habitó hasta su fallecimiento. Como evidencian las imágenes, presenta un diseño y concepto muy similar a los de su hermana mayor.
Casa Caparrós (1969)
Si de las 2 casas anteriores tampoco es que abunden las imágenes, de esta última, aún más integrada que las otras en el paraje natural donde se levanta, las fotografías son muy limitadas. Lo peor de esta carencia es que impide mostrar la gran valía arquitectónica de la última aportación de Fernando Higueras a la vivienda unifamiliar de Torrelodones.
Obviamente no resulta tan espectacular como sus predecesoras, pero la Casa Caparrós presenta una particularidad solo al alcance de otra obra del combo Higueras-Miró, la sede del Instituto del Patrimonio Cultural de España: una planta de intención circular. Aunque parezca circular, si nos fijamos un poco, la de la Casa Caparrós es dodecágona.
Otro elemento a destacar es la claraboya central, que permite que la luz penetre en la vivienda desde arriba, en lugar de a través de las ventanas.
Madrid es sorprendente y lo de Torrelodones me ha traído muchos recuerdos de cuando estudiaba arquitectura