¿Cuánto delirio de grandeza incluye MOTOMAMI de Rosalía?
Tras LA FAMA, SAOKO, CHICKEN TERIYAKI y HENTAI, junto a CANDY, el viernes 18 de marzo vio la luz el álbum MOTOMAMI de Rosalía. Durante los 5 meses que han precedido el lanzamiento, Rosalía y su evolución musical han sido protagonistas de encendidos debates en redes sociales. En la mayoría, se repetía la misma idea (“ya no queda nada de la artista de El Mal Querer“). ¿Hasta qué punto es esto verdad?
MOTOMAMI de Rosalía, crítica canción a canción
SAOKO
MOTOMAMI de Rosalía empieza con este irresistible corte en el que confluyen reggaetón, jazz y electrónica industrial.
Fuertemente influida por la experimentación con el reggaetón de Arca, tanto en KICK i (2020, donde colaboraba la propia Rosalía) como en KICK ii y KICK iii (ambos de 2021) y similar al Como Yo de Christina Aguilera, SAOKO también bebe de:
- Saoco (2004) de Wisin (autore) y Daddy Yankee (co-intérprete)
- La banda de rock industrial Nine Inch Nails (en concreto, del disco The Downward Spiral, 1994)
- El álbum Yeezus (2013) de Kanye West
En el plano lírico, la aparente ausencia de conexión entre los diferentes versos es intencionada. En este sentido, las referencias a Lluvia de Estrellas, Frank Ocean, Lego, Kim Kardashian, el copy-paste, ser la pámpara o el concepto sex siren sirven para transmitir que:
- Rosalía se sabe en constante evolución
- Situada en una posición de privilegio (pámpara, concepto introducido por Kiko El Crazy)
- Cuestionada, pero decidida a reventar evocaciones cisheteropatriarcales (el concepto sex siren)
CANDY
Lanzada como sencillo el mismo día en el que se estrenaba todo MOTOMAMI de Rosalía, CANDY samplea el clásico uk garage Archangel (2007) de Burial.
En manos de la artista catalana, el uk garage es sustituido por un afrobeat, enriquecido por voces distorsionadas y tenues sintetizadores.
Todos estos componentes convierten CANDY en una melancólica canción sobre un amor del pasado, cuyo título y letra rinden tributo al dúo puertorriqueño de reggaetón Plan B.
LA FAMA
Al, a todas luces (y por el momento) mayor éxito de MOTOMAMI de Rosalía, lo recibimos como una composición cuca, pero alejada de la pegada de los adelantos de El Mal Querer o los sencillos reggaetón que había lanzado desde 2018.
Dicho de otra manera, puede decirse que LA FAMA es el Pa Mis Muchachas de Rosalía.
Sin duda, parte de esa tibia recepción fue consecuencia de lo que parecía una confusa dirección artística. También, de la sensación de desgaste tras las decepcionantes:
- Blinding Lights remix (con The Weeknd)
- Lo Vas a Olvidar (con Billie Eilish)
- Linda (junto a Tokischa), dada la sombra de queerbaiting
¿Rosalía es lesbiana o solo ésta utilizando las relaciones entre mujeres como reclamo sexual y comercial a la vez que desacredita dichas relaciones tratándolas de “sólo amistad”, también conocido como queerbaiting? pic.twitter.com/1kxSqw9BL8
— Rocío Esperilla ☂️ (@RocioEsperilla) September 7, 2021
Rosalía no da puntada sin hilo
Meses después (LA FAMA se publicó en noviembre de 2021), este dúo con The Weeknd ha experimentado un gran crecimiento e, incluso antes de que MOTOMAMI viera la luz, ya evidenciaba que los prejuicios estaban jugando en contra de la objetividad.
Dentro del álbum, aunque esto sea ya casi un tópico, LA FAMA cobra todo su sentido, tanto en el plano de las letras como en el melódico.
Y es que, por un lado, expone uno de los grandes hilos conductores del trabajo (gestionar la fama y cómo cambia vidas y percepciones).
Por otro, rebaja el acercamiento a los ritmos “latinos” de gran éxito (por la vía de un bachata de influencias electropop y ecos post-punk), justo 3 minutos antes del momento más pre-Con Altura de todo MOTOMAMI de Rosalía: Bulerías.
BULERÍAS
Las frases que más se han repetido desde que Rosalía empezó a triunfar con canciones de reggaetón son que “está desesperada por el éxito” y que “su discográfica ha visto el filón con el reggaetón y la está obligando a llevar su música hacia allí”.
Pues, en BULERÍAS, deja claro que está al tanto de esos comentarios y los desmiente con un número 100% flamenco (la bulería es un palo flamenco) en lo musical y 99% en lo vocal (incluye momentos cantados con autotune).
De paso, además, recuerda que:
- Su estatus actual no le ha caído del cielo (“para mantenerme en pie, yo me maté 24/7”)
- El hábito no hace al monje (“soy igual de cantaora con un chándal de Versace que vestidita de bailaora”)
- Sus referentes son múltiples (por ejemplo, Niña Pastori, Mercè, Lil’ Kim, Tego y M.I.A)
CHICKEN TERIYAKI
Después de volver a sus raíces en BULERÍAS y entregar 3 canciones con letras “consistentes” (CANDY, LA FAMA y BULERÍAS), MOTOMAMI de Rosalía se sitúa en su punto más discutido y defenestrado: CHICKEN TERIYAKI.
De reggaetón clásico y prácticamente alejado de cualquier viso de experimentación (salvo los sonidos finales de motos), CHICKEN TERIYAKI es el Welcome to New York de la cantante española:
- Como la canción de Taylor Swift, homenajea Nueva York
- La letra ha sido fuertemente criticada por simple
- No ha despertado especial interés en los medios
Desde luego, el tercer sencillo de MOTOMAMI marca el momento más bajo de todo el álbum. No obstante, juega un papel fundamental para el disco y la expresión artística de Rosalía, puesto que:
- Refleja que su giro reggaetón no persigue solo el éxito en Spotify
- Sabe reírse del haterismo dándole, aparentemente, la razón
- Demuestra que por muy absurda que sea la letra sabe encajarla en la métrica de sus producciones
HENTAI
En enero, Rosalía subía a Tik Tok un fragmento de HENTAI (“te quiero ride como a mi bike, hazme un tape modo Spike. Yo la batí hasta que se montó. Segundo es chingarte, lo primero, Dios”) y fue tendencia durante días.
¿El motivo? La letra. En concreto, la aparente simplicidad, que se interpretó como la demostración de que habíamos perdido a Rosalía como artista.
No obstante, este adelanto también funcionó como reclamo sobre MOTOMAMI por la prometedora atmósfera anterior a “te quiero ride” y la contradicción entre lo sexual de la letra y lo angelical de la melodía.
Justo 2 días antes del lanzamiento de MOTOMAMI de Rosalía, veía la luz HENTAI. Y, sí, es mucho más interesante que los versos adelantados:
- Escuchamos, en todo su esplendor, la voz de colibrí de la artista
- La composición integra piano pop con sintetizadores que simulan disparos de metralleta
- El estribillo va más allá de los versos conocidos para explotar con la repetición de “so good”
Como punto negativo, sorprende que, en una canción que visibiliza el disfrute de las relaciones sexuales, Rosalía caiga en la machistada de calificar a otras mujeres como putas.
BIZCOCHITO
Teniendo en cuenta que parte de MOTOMAMI de Rosalía versa sobre la fama, cobra sentido que la frase “yo no soy y ni vi’a ser tu bizcochito” sea una forma de decir que no entra en sus planes ser “la novia de España” o “la niña de sus ojos”.
Rosalía decide qué caminos seguir, aunque se alejen de lo que se supone que se espera de ella. Además, se reafirma en esa dirección al cantar que sí, que salirse del tiesto (“tengo to’ lo que tiene delito”) provoca que la maldigan y que se distorsione su trabajo (“no basé mi carrera en tener hits”), pero que siempre ha sabido que solo ella dictaría su vida.
De vuelta al plano estrictamente musical, BIZCOCHITO combina reggaetón arcaiano con hip house noventero al estilo de C & C Music Factory en Just A Touch Of Love (1990).
G3N15
Minutos después de BULERÍAS, El Mal Querer de Rosalía vuelve a aparecer con la nana G3N15. Como en Nana. Capítulo 9. Concepción de su segundo disco, G3N15 se sostiene sobre la voz distorsionada de la cantante y tenues destellos electrónicos.
En este caso, los recovecos electrónicos simulan el sonido de un órgano y arrullan a un ángel de identidad conocida: su sobrine Genís.
Rosalía se disculpa por llevar 2 años sin verle, al mismo tiempo que manifiesta su deseo de protegerle del difícil y deprimente mundo de la fama (“aquí nadie está en paz entre estrellas y jeringuillas”).
Ese deseo de protección queda sellado con la interpolación final de un audio, en catalán, de su abuela. Entre menciones a que siempre es importante tener presente a Dios y la familia, suelta “qué complicado es el mundo en que se ha metido Rosalía, pero bueno, si eres feliz, yo también soy feliz“.
MOTOMAMI
El corte que da nombre a MOTOMAMI de Rosalía dura poco más de un minuto y explica qué significa esta palabra. Básicamente, un bombón relleno de licor, es decir, la expresión de la dualidad que habita en su interior:
- La divina, experimental, irónica y fuerte (MOTO)
- La vulnerable y emocional (MAMI)
Nos lo cuenta, además, entre diferentes referencias a la cultura japonesa y a su canción A Palé (“a cada copia que ves, tú dale tu bendición y ya no quiero competir”). De hecho, en lo musical, MOTOMAMI también recuerda a la aspereza de A Palé (2019).
Co-escrita con Pharrell Williams (como HENTAI y LA COMBI VERSACE), presenta una querencia funk que puede vincularse con este artista afroamericane y una dirección de hip hop experimental que conecta con el legado de M.I.A.
DIABLO
En noviembre de 2012, Rihanna publicaba el álbum Unapologetic. Sin complejos, como se traduce al español, abría su edición deluxe con Half of Me.
Escrita por Emeli Sandé, Naughty Boy y Stargate, viene a decir que lo que vemos de les artistas es solo una parte de su vida, no siempre representativa de cómo se sienten.
Casi una década después, en este momento MAMI de MOTOMAMI de Rosalía, la cantante parece introducirse en las conversaciones que afirman que ha cambiado a peor.
De esta manera, DIABLO de Rosalía repite “como tú ninguna, brillas como la luna, brillas como mis prendas, quiero que tú me entiendas, la que sale por TV no es la que yo conocí, ahora pisas Lamborghinis”, que puede entenderse como la queja de parte de su fanbase.
A ello, Rosalía responde “yo mi lealtad nunca la pierdo, ni por el dinero”. Hacia el final, entra en escena James Blake (con quien ya colaboró en Barefoot in the Park, 2019) y parece apoyar que las impresiones del público son una parte de Rosalía, al igual que su evolución: la noche y el día.
Toda esta narrativa se nos presenta envuelta en un sutil e inicial synthwave, además de en reggaetón y post-dubstep.
DELIRIO DE GRANDEZA
La undécima pista de MOTOMAMI de Rosalía versiona el bolero Delirio de Grandeza (1968) de Justo Betancourt.
Por supuesto, Rosalía no se queda en la simple versión, puesto que agrega las estrofas iniciales de Delirious (2009) de Vistoso Bosses & Soulja Boy. Estas dicen que es ridículo el delirio que genera en una ex-pareja o ¿será en sus haters?
¿Desamor o gestión colectiva de la fama?
Dado que la fama impregna todo MOTOMAMI, los cortes que parecen tratar el desamor lo hacen con la suficiente ambigüedad como para que entendamos que, tal vez, de lo que hablan realmente es de la manera en la que la gente ha reaccionado ante los lanzamientos post-El Mal Querer.
De hecho, DIABLO termina con Rosalía canalizando las críticas mordaces que solo ven intenciones ocultas en su música (“ya no sé ni quién eres, diablo”). Esto puede hacer las veces de preludio a DELIRIO DE GRANDEZA.
Dinámicas de maltrato en redes
La exposición de esas intenciones ocultas (supuestamente alejadas de la expresión artística, pero ligadas a una actitud ególatra) siempre viene acompañada del deseo o pronóstico de un castañazo comercial y de crítica.
Así, pintan a Rosalía como lo que refleja el bolero de Betancourt (“el oro pudo más”, “no tuviste compasión”, “la ambición, delirio de grandeza”, “mujer sin corazón”) y esperan que, después del flop, vuelva a sus orígenes con las orejas gachas (“espero con el tiempo justiciero que retornes”).
No obstante, ya nada será igual porque habrá perdido el tren de la buena gente (aunque la haya machacado como si no hubiese un mañana) y solo podrá aspirar a “una ilusión de amor”.
CUUUUUuuuuuute
La letra de la primera incursión de Rosalía en el hyperpop (estilo surgido de la mezcla del bubblegum dance, subgénero eurodance, con multitud de géneros) redunda en la reafirmación de que controla su camino.
También influida por el glitch pop (otro género incluido en la amalgama que es el hyperpop) de A Palé, CUUUUuuuuuute se transforma en una melódica balada a piano durante el post-estribillo.
De vuelta a la letra, la mención a Charli puede entenderse como una manera de reconocer lo conseguido por Charli XCX: transitar entre el underground y el mainstream, sin sufrir un gran cuestionamiento, mientras experimenta con el hyperpop y visibiliza a sus iniciadores.
COMO UN G
El momento más ochentero de todo MOTOMAMI de Rosalía llega en COMO UN G, otro corte en el que ha metido mano James Blake. También por la vía del synthwave como DIABLO, COMO UN G es una preciosa y melancólica balada, aderezada con piano pop y voces autotuneadas.
Ambigua y, al mismo tiempo, explícita sobre si trata el desamor, ante todo, transmite que nada dura para siempre y que los sentimientos que nacen entre 2 o más personas no siempre crecen o se desvanecen al mismo tiempo.
ABCDEFG
Mediante este interludio, Rosalía desgrana los conceptos que están detrás del nombre MOTOMAMI. Lo hace con su abecedario particular.
Así, pueden entenderse como MOTO (poder, divismo, tecnología, experimentación e influencia de cultura latinoamericana):
- Alfa, altura y alien
- Bandida, coqueta y dinamita
- Expensiva, emperatriz y enterada
- Guapa, Inteligencia Artificial y jineta
- MOTOMAMI, “Ni se te ocurra ni pensarlo” y patrona
- “Qué reinona“, racineta (palabra ligada a los motores) y rango
- Titánica y “Te despejo la X en un momento“
- Ultrasonidos, yenes y yantas
- Zorra (entendido como reapropiación del insulto machista)
En cambio, parecen hacer referencia a la parte MAMI (las emociones más profundas, la identificación con otras culturas o productos y las acciones ligadas a todo lo anterior):
- Enigma, Flux Æon y hondura
- Orquídea y sata (significa graciosa en el español de República Dominicana)
- Vendetta
- Willie Colón (Puerto Rico, 1950, cantante de salsa y una de las influencias de MOTOMAMI)
- Winterfall (nevada), zarzamora y zapateo
LA COMBI VERSACE
Lejos de cualquier relación con queerbaiting, Tokischa interviene en la adictiva penúltima canción de MOTOMAMI de Rosalía. Dembow y flamenco chill, se entrelazan en una melancólica composición sobre una noche de fiesta y lujos.
SAKURA
MOTOMAMI de Rosalía finaliza con un directo simulado de SAKURA. Interpretada con el desgarro del flamenco, pero sin adscribirse a este estilo, es la respuesta MAMI a SAOKO.
La flor de sakura es flor de un día, casi igual que la fama. Rosalía sabe que mantenerse en la cresta de la ola está al alcance de pocas personas. Ella, sin embargo, se metió en la industria para experimentar.
Rompiendo ha triunfado, pero rompiendo también puede perder su estatus actual. ¿Y qué?
Logros de la era MOTOMAMI de Rosalía
- El viernes 18 de marzo, Rosalía fue la décima artista más escuchada del mundo en Spotify
- MOTOMAMI de Rosalía ya es el mejor debut para discos femeninos en español en la historia de Spotify (16,3 millones de streams que barren los 9,1 de Karol G con KG0516)
- En Spotify España, MOTOMAMI ha sumado 5,79 millones, por lo que marca el mejor debut para une artista nacional
- Gracias a CANDY, iguala el récord de Aitana y ya tiene 5 canciones número 1 en Spotify España
- También en territorio nacional, los 16 cortes de MOTOMAMI de Rosalía han debutado en el top 20 de Apple (14 ocupan los primeros 14 puestos, un logro inédito), 100 de Amazon y top 30 de Spotify
- Al top 200 global de Spotify, llegaron 11 canciones de MOTOMAMI (récord absoluto para une artista de España)
- Gracias al dato anterior, Rosalía extiende su récord como artista de España con más entradas en el top 200 global (23)
- Con una puntuación de 94 en Metacritic, MOTOMAMI de Rosalía es el disco más aclamado de 2022 y el tercero de esta década (tras Fetch the Bolt Cutters de Fiona Apple y Rough and Rowdy Ways de Bob Dylan, ambos lanzados en 2020)
Actualización 29 de marzo con más logros
- Durante la semana posterior a su lanzamiento, MOTOMAMI de Rosalía ha sido el disco más escuchado en Spotify ¡a nivel mundial!
- Se ha estrenado en el número 1 de PROMUSICAE ya certificado como Oro
- Todas las canciones se han situado en el top 40 y los malos datos para CHICKEN TERIYAKI y HENTAI ya no lo son
- MOTOMAMI de Rosalía ha despachado lo equivalente a 17.000 copias en su semana debut en Estados Unidos
- A raíz de lo anterior, ha entrado en el número 33
- Otras posiciones destacadas han sido: #3 (lista latina de EEUU y la Bélgica de Flandes), #12 (Dinamarca), #15 (Francia), #17 (la Bélgica valona), #18 (Austria), #24 (Italia), #42 (Reino Unido) o #50 en Canadá
MOTOMAMI de Rosalía: el veredicto
La sombra de ARTPOP
Hasta el viernes 18, daba la impresión de que MOTOMAMI de Rosalía estaba repitiendo la historia de Lady Gaga durante la era ARTPOP (2013):
- Mucha exposición mediática
- Críticas sobre el endiosamiento de la artista
- Una promoción que parecía errática
- Sensación de decepción respecto a los proyectos previos
No obstante, escuchar MOTOMAMI alejaba el fantasma de ARTPOP. ¿El motivo? MOTOMAMI brilla en todo en lo que ARTPOP palidecía.
Aunque ARTPOP pagó el pato de un momento de sobrexposición de Lady Gaga y recibió críticas mordaces, flojea en el experimento Jewels n’ Drugs y las piezas menores Donatella, Fashion!, Mary Jane Holland y Gypsy.
Madonna y Rosalía: 2 estrategias similares
Cuando Madonna empezó la promoción de Madame X (14 de junio de 2019), fue acusada de estar desesperada por volver a los charts.
Primero, con el sencillo principal: Medellín (abril), un reggaetón junto a Maluma. Después con la r&b-hip hop Crave (10 de mayo, junto a Swae Lee) y el reggae-hip hop Future (17 de mayo, con Quavo).
Sí, Madonna también estrenó la balada I Rise (3 de mayo), pero su atractivo quedó deslucido porque se interpretó como un corte metido con calzador en Madame X. Después de todo, conmemoraba el medio siglo de los disturbios de Stonewall Inn, aniversario del que era embajadora.
El interés pendía de un hilo hasta que el 7 de junio estrenaba Dark Ballet y su videoclip. Tras la publicación del álbum, en general, las críticas lo aclamaron. De todas ellas, destacó la de la periodista Helen Brown en Yahoo! News UK: Madonna, perdóname por llamarte desesperada.
MOTOMAMI de Rosalía se ha guardado lo mejor para el final
Como Madame X, MOTOMAMI ha cobrado todo su sentido al escucharlo al completo. De esta forma, todos los adelantos (sobre todo, LA FAMA y CHICKEN TERIYAKI) han crecido de manera espectacular.
Así, Rosalía ha demostrado que su talento está lejos de apagarse, que todos sus movimientos tienen un sentido y que su acercamiento al reggaetón no responde a una desesperación por streams, sino a un interés por expandir la experimentación hacia más géneros.
Además, al igual que Madonna, incluye reggaetón en un trabajo propio. Dicho de otra manera, no solo lo emplea como divertimento para ganar popularidad, sino que lo integra en su música.
Apropiación cultural: lo que ensombrece MOTOMAMI
El reggaetón sigue siendo un género muy cuestionado. Racismo, colonialismo, elitismo y clasismo intersecan en ese rechazo visceral hacia un tipo de música que, incluso hoy en día, es calificado solo como ruido machista.
Todos los géneros musicales son machistas en la mayoría de sus canciones. Por eso, rechazar el reggaetón por machista es racista y colonialista. No obstante, ocurre y, mientras el enorme catálogo de machistadas en el rock se justifica, en el reggaetón, suele arrebatarle la credibilidad artística a sus intérpretes.
Rosalía y Arca han conseguido escapar, más o menos, de esa injusticia. Las 2 son personas blancas, pero la diferencia reside en que Arca es venezolana y Rosalía, española.
Donde Arca canta con su acento, Rosalía lo imposta por amor al arte. Sin embargo, ¿qué necesidad hay de apropiarse de un acento (por no hablar de ese pseudo-andaluz intermitente) que oprime a millones de personas desde tu posición de privilegio blanco y catalán?